Se trata de uno de los músicos de
jazz más
populares de la historia: imagen, biografía, leyenda y cualidades
artísticas conformaron un artista sumamente atractivo para el gran
público, desbordando los habituales círculos restringidos del
jazz. Su música,
exponente del estilo
cool (el
west coast jazz
de los años cincuenta), es sumamente accesible y delicada, y casi
siempre está vinculada a la
balada intimista,
lírica y delicada, tanto en su vertiente instrumental como vocal. La
trompeta de Chet Baker suena con una suavidad y tranquilidad similar a
la de su voz.
El padre de Baker, Chesney Henry Baker, Sr.,
era guitarrista y su madre trabajaba en una perfumería. En 1940 se
trasladaron de
Yale a
Glendale, en
California.
Siendo niño, Baker cantó en concursos de aficionados y en el coro de la
iglesia. En su adolescencia, el padre le compró un trombón, que luego
reemplazaría por una trompeta al ser éste primero demasiado grande para
el chico. Su primer aprendizaje musical tuvo lugar en el instituto de
Glendale, aunque
su formación musical terminó por ser puramente intuitiva. En 1946, con
16 años, abandonó la escuela y se enroló en el ejército. Fue enviado a
Berlín, donde
tocó en la 298th Army Band. Tras su regreso en 1948, se apuntó a
El Camino College en
Los Ángeles,
donde estudió teoría y armonía mientras tocaba en los clubes de
jazz; abandonó
los estudios al segundo año. Se volvió a alistar en el ejército en 1950
y se convirtió en miembro de la Sixth Army Band en el
Presidio, en
San Francisco.
Siguió actuando en los clubes de la ciudad y finalmente consiguió por
segunda y definitiva vez su liberación del ejército para convertirse en
un músico profesional de
jazz.
En 1997, fue publicada su autobiografía
inacabada con el título de As Though I Had Wings: The Lost Memoir.
Sus restos se encuentran en el
Cementerio Inglewood Park
de
Los Ángeles,
California.

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